El planeta tierra ha experimentado muchos cambios a lo largo de la historia, los cambios climáticos son constantes y han ocurrido desde sus orígenes. Sin embargo, durante los primeros miles de millones de años, los cambios en el clima se presentaron por causas naturales, como inundaciones, aumento de la actividad volcánica, glaciaciones, impactos de meteoritos, entre otros.
La Tierra experimentó una relativa estabilidad climática por alrededor de 10,000 años, pero en la actualidad se ha analizado el cambio climático causado esta vez por la acción del ser humano. Desde la década de 1950, la comunidad científica ha observado que los océanos, la tierra y la atmósfera se han calentado, provocando que el volumen de nieve y hielo disminuyan, el nivel del mar aumente junto con las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se estima que para el año 2030 la temperatura de la Tierra aumentará 1,5°C, y para el 2050 se estima que aumentará 2°C. Si bien parece un aumento muy pequeño, las repercusiones podrían ser catastróficas. A continuación, hablaremos sobre el impacto del calentamiento global en la agricultura.
¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO?
En el contexto actual, se entiende el cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, este altera la composición de la atmósfera y se suma a las variables naturales del clima observados en periodos comparables.
En la actualidad hemos observado un aumento sostenido en la temperatura de la atmósfera y en los océanos, fenómeno conocido calentamiento global. La principal causa de esto son los Gases de Efecto Invernadero (GEI), que si bien han existido siempre y son de origen natural, se incrementaron exponencialmente con la actividad humana.
Los GEI impiden que la radiación ultravioleta procedente del sol sea devuelta al espacio exterior, por lo que se acumula en la atmósfera, provocando un aumento en la temperatura. Por esta razón, la discusión radica en el incremento descontrolado de las emisiones de GEI y el llamado efecto invernadero.
¿DE DÓNDE PROVIENEN LOS GEI?
Como mencionamos, los GEI provienen de la naturaleza y de actividades industriales. El vapor de agua es el GEI más abundante, el cual es emitido por plantas nucleares, actividad industrial, hogares y grandes masas de agua evaporada. Por su parte, el CO2 es emitido por combustibles fósiles como la gasolina y la quema de residuos. El metano y sus derivados son emitidos por la actividad agrícola, forestal, ganadería y la industria de generación de energía. Los óxidos de nitrógeno son emitidos por la industria química, agroforestal, vehículos motorizados, entre otros.
REPERCUSIONES DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA AGRICULTURA
Si bien la industria agrícola es parcialmente responsable de emisiones de GEI (metano y óxido nitroso, principalmente), también puede contribuir a su mitigación al retener carbono orgánico en los suelos.
Lamentablemente, Chile es uno de los países que resultarán más afectados por el cambio climático si no se hace nada para detener el daño a la atmósfera. Se estima que en la región podrían aumentar los incendios forestales (tanto en frecuencia como en intensidad), disminuir las lluvias, temperaturas extremas y periodos más extensos de sequía.
Por otro lado, los efectos adversos del cambio climático provocan un aumento de fenómenos meteorológicos extremos: olas de calor, sequías graves, fuertes precipitaciones, inundaciones, entre otros que pueden ser desastrosos para la humanidad, pero también para el campo y los ecosistemas que el ser humano usa como suministro de alimentos.
Chile es un país que cuenta con zonas áridas y semiáridas, cobertura forestal, áreas de borde costero de baja altura y zonas expuestas al deterioro forestal, a la sequía y la desertificación. Por esta razón, se considera uno de los países vulnerables al cambio climático.
¿CÓMO MITIGAR LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO?
La industria agrícola ha enfrentado muchos retos al depender en gran medida del clima para la cosecha de alimentos de excelente calidad. Una de las estrategias para mitigar los efectos del cambio climático es adaptar las fechas y métodos de cultivo a las nuevas condiciones climáticas para aprovechar mejor las precipitaciones.
Además, el uso de agroquímicos debe realizarse considerando las emisiones de GEI, así como en aumentar la eficiencia del riego para asegurarse de que las plantas tendrán la humedad necesaria para que resistan mejor las condiciones climáticas a las que enfrentan.
Por otro lado, el uso de pesticidas y biocidas debe elegirse de forma que no se perjudique al ecosistema. Las plagas pueden afectar las cosechas y la salud humana, pero el agricultor debe elegir métodos que le ayuden a eliminar malas hierbas y organismos nocivos para los cultivos sin afectar a otros seres vivos como las abejas, que ejercen una importante actividad polinizadora.
Por último, los fertilizantes utilizados como abono ayudan a mejorar la calidad del suelo y aportar nutrientes a las plantas para puedan desenvolverse adecuadamente en su medio, por lo que el reto es evitar la contaminación de las aguas y el exceso de emisiones de GEA a la atmósfera.
Esperamos que esta información te sea de utilidad y te ayude a ser más consciente sobre el cambio climático y las acciones que cada sector puede realizar para cuidar al medio ambiente.
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