La flotación por espuma es un proceso de concentración fisicoquímico complejo que permite la separación selectiva de una especie útil o de interés, de aquella sin valor o ganga a través de un sistema de transporte de burbujas de aire capaces de ascender a través de una mezcla agua-mineral denominada pulpa.
Las condiciones óptimas de flotación se logran mediante el adecuado acondicionamiento de la pulpa mineral con la adición de reactivos químicos de flotación – colectores, espumantes, depresores, activadores y modificadores e inyección de un flujo de aire.
Los reactivos permiten la modificación superficial de la partícula mineral, formación de una espuma estable y condiciones adecuadas de reacciones en la pulpa. El aire brinda el medio de transporte para que las partículas útiles se adhieran a la superficie de las burbujas.
Básicamente, la separación por flotación por espuma se produce aprovechando las propiedades hidrofílicas e hidrofóbicas naturales de los minerales, o bien, confiriendo selectivamente hidrofobicidad a las especias valiosas por sobre las especies no deseadas con reactivos químicos colectores.
La hidrofobicidad permite que las partículas sólidas que se desean flotar se adhieran a las burbujas de aire, por lo que es clave la formación de una espuma estable, de este modo, la selección del espumante juega un rol relevante.
Mientras, las partículas minerales hidrofílicas que tienen mayor afinidad por la fase líquida permanecen en el seno del sistema.
En resumen, el proceso de flotación por espuma ocurre dentro de celdas o máquinas de flotación que cuentan con sistemas de agitación para la adecuada mezcla de las tres fases existentes: líquida, sólida y gas. El conjunto de burbujas o espuma (generalmente denominado concentrado) es recibido en la parte superior en canaletas que la transportan al siguiente proceso.
¿PARA QUÉ SE UTILIZA EL PROCESO DE FLOTACIÓN?
La flotación es utilizada ampliamente para recuperar diversos tipos de minerales, principalmente sulfurados conteniendo especies de cobre, hierro, oro, plata, plomo, zinc, níquel, entre otros. Se dice que la flotación es el proceso más importante dentro de una planta de procesamiento de minerales, ya que es en este proceso donde se puede maximizar económicamente un yacimiento de minerales sulfurados.
Las características propias de cada mineral, la fisicoquímica del sistema y la química de los reactivos colectores resultan vitales para la eficiencia de la flotación, especialmente en sulfuros minerales complejos y/o alterados, por lo que cada yacimiento representa un problema particular para la selección de sus reactivos.
La flotación es un proceso que requiere una alta especialización y reactivos específicos con base al mineral que se desea recuperar. El proceso de selección de reactivos no sólo considera factores técnicos de desempeño como criterio principal en la decisión, también incorpora criterios relacionados con limitaciones medioambientales y de salud, logística, toxicidad, olor y costo-beneficio.
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