Todos conocemos la espuma y, en algunas aplicaciones como el shampoo, el jabón o los productos para afeitar, son muy deseadas y se asocian con la limpieza. Sin embargo, en otros usos es indeseable la formación de espumas.
Hoy en el blog de Pochteca te contaremos rápidamente qué son las espumas, porqué son tan perjudiciales en la industria de pinturas y revestimientos, y la importancia del uso de los agentes antiespumantes.
¿Qué es la espuma y cómo se forma?
En general, la espuma es una dispersión de aire y gases en un líquido o sólido. En procesos de producción donde se utilizan líquidos, la espuma suele estorbar al impedir el transporte correcto del agua y los aditivos utilizados. En los peores casos, pueden provocar un paro completo en todo el proceso, por lo que la producción disminuye y los productos acabados tienen una calidad más baja.
Normalmente, las espumas se forman cuando la mezcla contiene agentes tensoactivos, emulsionantes o humectantes. Algunas se deshacen rápidamente, por lo que no causan problemas y no se necesita un agente para controlarlas o evitarlas.
Ahora bien, para controlar la espuma se pueden utilizar dos productos: un antiespumante o un desespumante. El primero tiene la función de prevenir la espuma y el segundo la elimina o destruye la que ya se había formado. En esta ocasión, nos enfocaremos únicamente en los antiespumantes.
¿Qué son los antiespumantes?
También conocidos como antifoams, los antiespumantes son aditivos químicos que tienen la función de evitar que se forme la espuma en diversos procesos industriales. Estos agentes suelen actuar mediante la introducción de partículas finas en la lámina de la espuma, las cuales contienen agentes hidrofóbicos (que repelen el agua) como parafinas, ceras y sílices para que se escape el aire atrapado en las burbujas de la espuma.
En pinturas, adhesivos y recubrimientos se utilizan antiespumantes de aceite para controlar la formación de espuma.
Antiespumantes en recubrimientos base agua
En general, los adhesivos y recubrimientos que tienen una base acuosa suelen generar una gran cantidad de espuma, precisamente por el alto contenido de agua. La presencia de espuma en estas aplicaciones puede causar muchos problemas tanto en el proceso de formulación del producto como al momento en que se busca aplicarlos.
Algunas problemáticas relacionadas con la formación de espumas en adhesivos acuosos son:
- La fuerza de adhesión se reduce
- La película adhesiva puede no tener suficiente firmeza
- Se tiene una película adhesiva opaca, en vez de traslúcida
- El adhesivo no logra una unión perfecta entre materiales
Tipos de antiespumantes
Antiespumantes convencionales
Son aditivos formulados con aceites minerales, siloxanos y otros materiales insolubles, con baja tensión superficial que funcionan mediante la incompatibilidad con la formulación. Los más fuertes tienen una menor compatibilidad, lo que aumenta la viscosidad, la concentración del pigmento y la densidad del recubrimiento.
Por su parte, los antiespumantes más compatibles son más débiles y permiten obtener recubrimientos con películas delgadas, menos concentración de pigmento, más brillo y transparencia.
Antiespumantes moleculares
Además de evitar la formación de espuma, evitan que se forme aire. Se formulan con surfactantes sin siliconas ni aceites, son muy efectivos contra la micro y macroespuma. Se utilizan en formulaciones de baja viscosidad y concentración de volumen de pigmento, como en recubrimientos transparentes sensibles a los cráteres.
Los antiespumantes moleculares pueden combinarse con los desaireantes, los cuales tienen la función de actuar por debajo de la superficie del líquido, por lo que hacen que las burbujas se fusionen y suban rápidamente a la superficie. Sin embargo, esto puede ser problemático con microburbujas, y en ese punto es donde entra en acción el antiespumante molecular para dejar tanto la superficie como el fondo del líquido sin burbujas ni espuma, lo cual es indispensable en recubrimientos muy viscosos o cuando se aplican capas gruesas.
En general, se recomienda elegir el antiespumante con base en la viscosidad y el contenido de pigmento. Por ejemplo, en recubrimientos de baja viscosidad, en los que se aplica una capa delgada se aplican los antiespumantes moleculares o los convencionales débiles, que son más compatibles. En algunas aplicaciones se puede utilizar dos antiespumantes diferentes de tipo convencional, uno fuerte y uno débil para eliminar la espuma de forma más eficaz.
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